Viena es una ciudad cosmopolita, cultural y muy ligada a la historia de la música clásica como ya comentamos en nuestra anterior entrada sobre este bello destino. En cada esquina de las calles vienesas nos encontramos con un trocito de la historia reciente de la cultura europea, y cuando necesitamos un respiro, nos encontramos también alguno de los famosos Cafés de Viena.
Creo que a cualquier viajero le apetece tomarse unos momentos de relax disfrutando una buena taza de café, y si además es un buen café Vienés… ¿qué más se puede pedir? Además, la ventaja de los cafés vieneses es que aúnan tanto ocio y relax, como gastronomía y salidas de copas.
Y es que ante estas imágenes, ¿quién se puede resistir a los Cafés de Viena? Vamos a ver cómo son estos santuarios llamados Cafés, remansos de paz incomparable en una ciudad hermosa, y también dónde degustar los mejores pasteles, tartas y dulces locales. ¿Te vienes?
La historia de los Cafés de Viena comienza en el siglo XVII, tras, parece ser, la derrota de los Turcos. Y contra lo que puedas pensar los Cafés de Viena no son solo lugares donde degustar esa infusión, sino que son centros de reunión para miles de vieneses y para los turistas, en donde se puede comer, tomar una copa, jugar una partida o,sí, leer un periódico con café y pastel.
Café Szene, por ejemplo, es un lugar en donde podremos disfrutar de la comida o la bebida mientras nos acompaña la música, un regalo para los oídos. Pero ojo, puede que sea un regalo para los oídos pero no para el bolsillo.
Otro lugar muy recomendable es el Kursalon Wien, un restaurante y sala de conciertos en el corazón del Stadtpark. Es habitual que en los parques de Viena se encuentre uno terrazas donde poder tomar un café, bebidas frescas, comer y disfrutar también de la música. Como vemos, Viena es un destino que da mucho de sí, no para un solo fin de semana, sino para varias escapadas a lo largo de los años.
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